La palabra mindfulness ha sido traducida al español con diversas expresiones como atención plena, conciencia plena, presencia mental o conciencia abierta, entre otras.
Mindfulness, designa un conjunto de prácticas o ejercicios mentales que tienen en común el fijar la atención en el momento presente, sin juzgar y con una actitud bondadosa o amorosa hacia el objeto que se contempla. En palabras del autor Guy Armstrong: “Saber lo que estas experimentando, mientras lo estas experimentando”.
Significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación.
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida.
La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu. Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión.
Esta práctica, está cada vez más integrada en la Medicina y en la Psicología Occidental ya que es una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés y mejorar el bienestar general.
El mindfulness es una habilidad susceptible de ser aprendida y entrenada. De hecho, cuanto más se practique, mejores resultados podrán obtenerse y más fácil nos resultará focalizar nuestra atención en la respiración.
Su práctica, permite que desarrollemos una relación especial con nosotros mismos, y por consiguiente, con la manera en la que experimentemos nuestra vida y nos relacionemos con los demás. En definitiva, mindfulness es una experiencia que hay que vivir.